DEL MARISCAL AL GRAN MARISCAL DEL AREA

Mi querido y desaparecido amigo: el flaco “Rifi”, decía: “El futbol es una mina que nunca me dio bola “, en obvia alusión a que jugaba mal y esa frase yo la adopte para mi, porque yo nunca fuí un gran jugador de futbol, pero soñaba con ser el Nº 2 del equipo del barrio, cosa que terminé logrando.
Ese equipo había nacido a mediados de la dél ´70 en la puerta de la casa de “Piringo” Guastoni  en la calle Colón entre Bulnes y Castillo de Ramos Mejía. Como yo no tenía habilidad dejaba la vida en cada pelota que disputaba con el delantero contrario y me apodaron “El Mariscal” en homenaje al Gran Mariscal del Area que fuera Roberto Perfumo, para algunos, Perfumo fue uno de los mejores marcadores  centrales de la historia. De gran personalidad, rápido, tenía la convicción de adivinar la jugada y anticiparla, buen manejo de pelota, fuerte temperamento y duro cuando la situación lo requería. Debutó en Racing Club en 1964 y terminó su carrera en River Plate en 1978 a los 36 años. Formó parte de defensas legendarias, como la de la Selección Argentina, dirigida por el “Toto” Lorenzo que participó del mundial de Inglaterra de 1966, junto a: Roma, Marzolini, Albrecht y “Pipo” Ferreiro, el Racing Club de José Pizzuti 1966 /1967 (donde salió campeón del mundo), junto a Cejas, Martín, “El Panadero” Diaz y “El Coco” Basile y el River Plate de Angel Labruna 1975 / 1978, junto a Fillol, Comelles, Passarella y Hector Lopez. Conducia junto a Horacio Pagani: Pasión Nacional (tango y futbol) un excelente programa que se emite por Radio Nacional. Nos abandonó el jueves 10 de  marzo, tenía 73 años.  El gran Orestes Omar Corbatta decía:”La pelota se queda conmigo, porque yo no le pego, la acaricio” Perfumo era de esos defensores de aquella epoca romántica de un futbol que ya no existe, cuando la pelota se ponía debajo de la suela, los defensores salian jugando, los arqueros no daban rebote y los goles de penal no se gritaban. Uno de estos días del túnel de una cancha cualquiera, va a salir flotando una camiseta de piqué con un nº 2 de cuerina cocido en la espalda, mientras que desde una hinchada imaginaria, se va a escuchar: “y ya lo ve.. y ya lo ve, es el equipo de josé” y vos mirando desde una estrella te va a rodar una lagrima por tu mejilla y te vas a dar cuenta, que para el pueblo futbolero, sos un jugador inolvidable. Mientras tanto, yo, voy a ir portando por la vida (con gran orgullo) tu apelativo, ese que me regalaron los pibes del barrio,  hace más de 40 años.